Holanda dicen que es el país
naranja, quizás por sus tulipanes o quizás por su selección de
fútbol que en los tiempos del tándem Cruyff – Neeskens encandiló
a Europa y al mundo, sin embargo en Amsterdam no destaca el naranja,
a pesar de sus muchos mercados de flores o de la publicidad de algún
banco, en Amsterdam destaca el rojo porque, por ejemplo, rojas son
las mejillas de holandeses y holandesas que pasean en esos miles de
bicicletas que circulan por la ciudad, rojo es el ambiente de los
museos del sexo y sex-shops que abundan por el centro, pero más rojo
es el conocidísimo Distrito Rojo, donde las prostitutas (oficio
completamente legalizado en Holanda) se exhiben en escaparates a la
luz de los clásicos faroles rojos para captar a sus posibles
clientes. Además, aunque, la fama se la lleve el barrio rojo, hay
otras dos zonas de características muy similares: Korte
Korsjespoortsteeeg, muy cercano a la Centraal Station y Museumplein,
cercano al Rijkmuseum.
También en Amsterdam destaca el
marrón, pues marrón, brown, es el techo de los coffeeshops, que
distan de ser mucho una tienda de café o cafetería convencional,
son lugares de ambiente muy variado, desde rastas hasta new age,
donde no se vende alcohol, pero se venden de forma completamente
legal hasta 5 grs. de estupefacientes de los considerados blandos,
puesto que esa es la cantidad máxima que puede portar legalmente un
adulto en Holanda. Mucho ojo con esto al salir del país, porque
fuera de Holanda eso no es legal, y, por ejemplo, bastantes policías
belgas andan cual aves carroñeras por las cercanías de la frontera
a la caza del turista incauto. Son similares los smartshops, aunque
ya no entren dentro de la gama de hostelería, aunque también venden
productos fumables, setas alucinógenas, semillas, etc. etc.
Amsterdam también es verde, y no
estoy pensando en la más conocida mundialmente de sus cervezas, si
no los muchos parques que rodean la ciudad antigua. Como Erasmuspark,
Ooesterpark, Rembrandtpark y, sobre todo, el impresionante Vondelpark, un
parque con cerca de 45 hectáreas!!!, lleno de lagos, que tiene vida
propia. Siempre lleno de gente paseando, niños jugando, músicos y
otras expresiones de artistas callejeros, conciertos de un cierto
nivel gratuitos en verano y mucha, mucha gente tostándose al sol…
Los lagos de los parques y los muchos canales que surcan la ciudad,
también la hacen azul.
Amsterdam es multicolor, su
ambiente lo hace así. Las calles del centro son un hervidero de
gente y color: los mercados de flores, los mercados de bicicletas
(medio de transporte muy útil en esta ciudad que además podemos
comprar de quinta mano y venderla fácilmente, si la cuidamos, como
de cuarta…),a la mucha gente de todas las tribus urbanas que pulula
por las calles, por ejemplo recuerdo a un tío con mono azul de
trabajo que llevaba aperos de fontanero y con el pelo discretamente
teñido de verde y el bigote de naranja, o a una tía en lencería
negra fina de hace unos décadas y con un paraguas estilo rococó…
Todo esto salpicado de músicos callejeros (les compre un disco a un
grupo que tocaba en la plaza Dam, Northern Lights, que no mucho
después empezaron a recorrer circuitos más importantes dentro de
las nuevas músicas), de puestos de arenques y patatas fritas (casi
los platos nacionales), muchos ociosos sentados en la plaza Dam o en
la Estación Central… Muchos museos con sus extensas pinacotecas…
La verdad es que no ha lugar a aburrirse…
Finalmente, Amsterdam también es
negro… Nunca en ningún lado he visto tan de cerca como aquí los
ojos del racismo, especialmente con los europeos latinos, pero de
esto casi mejor no hablar…
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